Querido Amigo, que has tocado las puertas de nuestra antigua y
Augusta Institución, ¿Sabes que puerta has tocado?, ¿Qué se encuentra al otro
lado de esa puerta?. Te daré una idea de lo que somos para que medites, solo y
en silencio. Y luego de un prudencial tiempo vuelvas a tocar esta puerta, si
has decidido ser como la conclusión de este texto nos indica.
SER MASÓN EN NUESTROS DÍAS.
Oirás hablar de Moralidad, Tolerancia, Fraternidad. Y hacemos
juramentos de dar la vida por nuestros Hermanos, de respetar Normas y Normas,
de vivir “MASONICAMENTE” 24 horas del día, devoramos libros, escritos,
trabajos, vamos a ingresar en esta supuesta carrera masónica. ¿Pero, estamos
listos?. O solo es un poco de alimento para calmar la voraz glotonería de
nuestro ego.
¿Qué mueve a un hombre, al cuál suponemos libre y de buenas
costumbres, a dar el paso de unirse a la Masonería ? ¿Qué le mueve a buscarnos ?.
He ahí la clave de lo que luego será la percepción que la
sociedad tenga de la
Masonería.. .
Pero vayamos por orden. Para ello es necesario comenzar por
definir a la Masonería
¡Que no es un Club Social! ¡Ni la correa de transmisión de ideas políticas,
sean cuales estas fueren ¡Ni una asociación de ayudas mutuas! ¡Ni un
sustitutivo de la religión! ¡Y, en ningún caso, un hobby!. Algunos piensan que
es la posibilidad de ascender, o en la condición social, económica, política, o
una manera excéntrica de ser diferente, de sonar interesante, misterioso, a las
amistades. YO SOY MASÓN!....
¡La Masonería ,
querido amigo, es una Orden Iniciática, Esotérica, Elitista y Caballeresca!.
Velada de alegorías e ilustrada de símbolos.
Como Orden Iniciática reúne una serie de características, tanto
por lo que se refiere a su organización, como por lo que respecta a la admisión
de nuevos masones, al acceso de estos a la formación y a la graduación y
sistema de comunicación por el que los masones llegan a adquirir, única y
exclusivamente a través de su trabajo personal, los conocimientos que la Masonería pone a
disposición de los que dan realmente el paso que separa al hombre común del
auténtico Iniciado. Como Orden Iniciática supone no un horario de uso de las
horas libres, que quedarían supuestamente de la vida diaria. Desde el momento
en que el hombre común ha pasado entre columnas la Masonería debe ser su
forma de vida, amanecemos Masones y anochecemos Masones, vivimos Masones y
moriremos Masones.
Como Orden Esotérica y filosófica la Masonería ha conservado
y pone a disposición de los Masones que realmente lo son, los fundamentos de la Tradición Primordial
que nos llega desde los antiguos Misterios. Y como tal se pierde en el tiempo.
Como Orden Elitista la Masonería pretende recibir en su seno y formar
como Masones a aquellos que procuran vivir de acuerdo con valores espirituales,
éticos y morales que les convierten en auténticas elites sobre las que descansa
el futuro de la humanidad, en un mundo en el que lo que prima son los valores
terrenales, fundamentados sobre el materialismo, el poder, la política, el
dogmatismo y el sexo desordenado. Debemos trabajar, cada uno en pulir su mente,
en la búsqueda de ser la elite del pensamiento, ser cada uno el referente moral
que trascienda y refleje estas virtudes: Primero a la familia, segundo al
Taller, tercero a la
Fraternidad y por último, puede pasar las fronteras de
nuestros Templos y trascender a la sociedad.
Elites, no lo olvidemos, son todos aquellos que en un mundo
donde reina la materia, la envidia, el interés personal y el rencor, dedican al
menos una parte de sus vidas a formarse, a evolucionar espiritual, ética y
moralmente, y lo hacen desprovistos de ambiciones bastardas.
Elites son todos aquellos que dedican una parte de sí mismos a
los demás, sin esperar otra recompensa que la satisfacción de su propia
evolución y la de haber obrado bien; sabiendo, y actuando en consecuencia, que
obrar bien no es solo no hacer directamente el mal, sino no permitir, por
acción u omisión, que alrededor de uno mismo se obre mal, o lo que es lo mismo,
no admitir que impunemente se obre contra las leyes, contra la moral, contra
los derechos de los demás, contra el orden legítimamente establecido, contra
los principios que defendemos.
Quiero puntualizar que para la Masonería el concepto
elitismo no guarda relación alguna con la estirpe familiar ni con nada ligado
al mundo de lo físico.
Como Orden Caballeresca la Masonería entiende y trabaja, a través de la
acción individual de los auténticos Masones, por la consecución de un mundo
finalmente liberado de poderes fácticos, definitivamente de espaldas a cuantos
pretenden imponer dogmas y creencias, libre de todo tipo de demagogos,
dictadores y dictaduras. Un mundo en el que el servicio a la causa de humanidad
sea la guía que oriente la vida de los hombres. Ideal y fin de la Masonería por el que
trabajan los auténticos masones sin esperar ni recibir más recompensa que la
satisfacción del deber cumplido, al entender que cada uno de nosotros no es
sino un simple eslabón en la evolución de la humanidad. Un eslabón de la larga
cadena que nos une con aquellos iniciados que hace muchos siglos comenzaron el
largo camino, y con los que en un lejano futuro alcanzarán la meta.
¿Qué mueve a un hombre, suponemos que libre y de buenas
costumbres, a dar el paso de unirse a la Masonería ? ¿Qué le mueve a buscarnos ?.
Los enemigos de la
Masonería , temerosos de que la verdad acabe con el poder que
obtienen y mantienen a través de la explotación de la ignorancia y la
superstición, por mediación de campañas de desinformación sobre el ser, fines y
principios de la Masonería ,
unidas a las de calumnias, difamación e injurias sobre la Masonería y los propios
masones, difundidas y mantenidas durante siglos a través de los poderosos
medios que controlan, han hecho que nuestra Orden aparezca ante el mundo como
una estructura oculta que mueve los hilos de la historia, y el poder por medios
según cuentan nuestros detractores, apegados al ocultismo, al satanismo, a la
corrupción y al mal.
Falacias con las que desde hace siglos se bombardea a diario a
las almas cándidas, han acercado a la Masonería a todo tipo de aventureros que llegan
buscando ese poder material que achacan a nuestra Orden quienes realmente lo
ostentan. Está claro que a cuantos se hacen iniciar así motivados, no les mueve
la Masonería
ni sus ideales, sino las propias ambiciones personales y profanas. Son los que
pretenden convertir a la
Masonería en el soporte de sus carreras políticas, de sus
negocios, de sus ambiciones materialistas. Son, también, los que dan autoridad
a las campañas de desinformación, a las calumnias, a la difamación a la que
está permanentemente sometida la
Masonería y, con ella, los masones.
“Una mentira repetida mil veces nunca podrá convertirse en
verdad”.
Hombres comunes con una idea equivocada de la Masonería ; son los que
la creen: Una ONG, un sustituto de la religión, una simple vía para practicar
la caridad, un sitio donde hacer amigos, un divertimento, una excusa para salir
de casa, la alternativa al sillón del psiquiatra, etcétera. Transformándose con
ello en uno de los más graves canceres que padecemos.
Ser Masón en nuestros días es no pretender modernizar la Masonería , ni adaptarla
a nuestras propias ideas; por enaltecer nuestro ego, y decir “YO LO HICE”, yo
cambié un principio milenario, por el contrario, el autentico masón es Grande
en la humildad y se conforma a las leyes de la Orden , a sus tradiciones, a sus usos y
costumbres.
Ser Masón en nuestros días es no ambicionar grados, ni títulos,
ni oficios, ni honores. El masón que lo es realmente cumple con su trabajo y si
sus Hermanos consideran que debe realizar algún trabajo y que sus obligaciones
serán otras, asume con humildad las nuevas responsabilidades que adquirirá en
el desarrollo de la Obra.
Ser Masón en nuestros días es serlo las veinticuatro horas del
día durante los trescientos sesenta y cinco días del año, trescientos sesenta y
seis en los bisiestos.
Ser Masón en nuestros días es: enseñar con responsabilidad y
generosidad si hay que hacerlo y si somos discípulos aprender con humildad,
observando siempre el principio de escuchar, obedecer y callar.
Ser Masón en nuestros días es llevar a nuestra vida privada los
principios y verdades que la
Masonería enseña.
Ser Masón en nuestros días es considerar más allá de una
obligación para con la
Masonería , motivo de alegría y felicidad la asistencia a
todas las instancias que representen la unión de las familias y los Hermanos.
El autentico Masón falta sólo por causas realmente importantes.
Ser Masón en nuestros días es no perder ocasión de reunirse con
los Hermanos, es decir, con los masones, a los que realmente se ama, considera
y trata como a tales, y por los cuáles realmente daría la vida.
Luego de que has leído estas ideas sobre lo que es: “El ser
Masón en nuestros días”, te pediría Querido Amigo que luego de la reflexión
profunda que debes haber sobre este escrito, hagas un “Mea culpa”, sobre lo que
esperas de la Masonería ,
y si después de esta reflexión Querido Amigo, te das cuenta que la Masonería no es para ti,
las puertas están cerradas, no las golpees aléjate con el mismo honor con el
que golpeaste la primera vez. No nos hagas daño, que el daño te lo estás
haciendo a ti mismo.
Pero si estas dispuesto a entregar tu vida por esta causa, y
hacer de la Orden
una forma de vida. Nuestra vida, es tuya.